Todas las mañanas llego a la oficina, me siento, enciendo la lámpara, abro el portafolio y, antes de comenzar la tarea diaria, escribo una línea en la larga carta donde, desde hace catorce años, explico minuciosamente las razones de mi suicidio.
La carta, L. M. Díez
25 febrero 2014
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Qué pedazo de minirelato de Luis Mateo. Para los que escribimos largo hasta un comentario es una lección.
ResponderEliminarJoder...
ResponderEliminarQué mal rollo. Qué real.
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