hicimos las cosas bien
despacito
de puntillas por si alguien nos escuchaba
en la habitación vacía de al lado
sin hablar mucho
con los ojos cerrados, los pasos ciegos
sin saber el camino de ida
mucho menos el de vuelta.
insistimos en ir cogidos de la mano
si tropieza uno, tropieza el otro, acordamos
sonrojados, sorprendidos,
sinceros.
andamos por entre campos yermos y floridas dunas
nos detuvimos en paisajes ruinosos
capaces de ver en ellos azules y verdes y versos
anidamos en lechos incómodos
en los que descansamos como niños chicos
después de un día de juegos en la orilla de una playa
visitamos grandes ciudades
que veían nuestro amor pequeño y ridículo
como el de tantos otros
aventurados en la misma crónica,
crédula y fugaz,
grotesca y eterna.
otro fuego, más ceniza.
nos mirábamos y sonreíamos
tal vez con menos convicción, puede que con más prudencia
aún cogidos de la mano,
sudada y trémula,
roca y escudo.
nos tambaleamos
cadena y estorbo.
tropezamos.
un declive lento y lúgubre
que nos estrelló contra el silencio y las sombras
tú sangraste recelos
yo me rompí en miedos
y así yacimos un tiempo,
heridos, paralizados
equilibristas de vidas llanas y pulsos dormidos.
otra llama, más despojos.
con muchas horas, con muchas noches,
con muchos filos que cortaban
nos levantamos.
había en ti otra mirada
más árida, más helada
había en mí un nuevo muro
más férreo, más palmario.
hicimos las cosas bien, susurré distanciada
azules y verdes y versos, contestaste alejado.
18 julio 2013
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Como no me decido entre el placer de su música y el placer de las imágenes (raras, hipnóticas, hermosas) me lo leo dos veces y lo disfruto por partida doble. Me gustan esos dos que hacen las cosas de puntillas por si les oyen los de una habitación vacía y en el secreto confidencial del amor. Y me gusta su periplo enamorado hasta el frío del alejamiento.
ResponderEliminar"equilibristas de vidas llanas y pulsos dormidos"
ResponderEliminary tú... la maga que me cuenta la vida y se la bebe a sorbos, a latidos, siempre poniendo la guinda, siempre sabia y destilando ese perfume que absorvo admirada y
y egoista, porque siempre quiero más de ti.
Besos mujer duende
Dulce, intenso, cargado de sentimientos, realmente de nota que sabes lo que haces y escribes, eres todo un ejemplo a seguir. Me haría muchísima ilusión ver alguna crítica en mi blog, http://montoutdanscemonde.blogspot.com
ResponderEliminarMuchos besos, sigue así.
Adoro tus poemas. Son... distintos. Dicen mucho. Pero sobre todo, dicen algo, más allá de florituras y piruetas estilisticas. Son todo contenido, como si dejases su acabado formal de lado, como si no te preocuparas por él, ensimismada en contar lo que quieres contar. Pero claro, con tu talento... acaso necesitas estar muy pendiente de las palabras para que éstas alcancen la armonía?
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