No les nacen los bebés
a las mujeres de mi tiempo.
No les nacen
por el peso inerte de sus profesiones.
No les nacen
por ser hombres
y llevar traje y jornada de 16 horas.
No les nacen porque escuchan que ahora no,
y respetan células.
El vientre sabe el límite de juventud,
el precio del metro de cuna.
No habrá hogar y tiempo.
Les crecerá el exceso,
el juego con extraños,
vestirán deprisa, crecerán deprisa,
impondrán su acento solitario y malcriado.
Niños de pantalla y tardes de abandono,
no nazcáis.
Os perderéis la madre que acunaba aguas
y prometía naturaleza.
Os espera el hormigón,
muro de carga interurbano,
inocentes derramados
por un disparo limpio y diplomático,
la pizarra manipulada,
el amante suicida y drogadicto,
y el hijo, otra vez.
Os espera decidir,
si dejáis nacer al hijo,
para llenar vuestros fracasos.
Silvia Nieva
30 noviembre 2014
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duro duro
ResponderEliminarLa vida se ha vuelto algo asqueroso en algunos aspectos, qué duda cabe..
ResponderEliminarNo me extraña que lo quieras compartir. Qué poema tan verdadero, tan hermoso y perfecto. Aunque no nos guste la realidad que cuenta. Siempre pensamos en lo que les espera a los niños nuevos. Tal vez no sea tan duro. O tal vez sea muy duro contado o imaginado así y ellos sin embargo tenga otra opinión. Pero desde luego yo decidí que a mí tampoco me nacieran. Por esos y otros motivos.
ResponderEliminarQué duro pero que cierto, es toda una batalla de obstáculos, que me lo digan a mi.
ResponderEliminarGracias por compartir, no conocía a la autora, tomo nota.
Abrazo y más...