ahora que nadie pregunta qué leí ayer, cómo visto hoy, nos veremos mañana
ahora que a nadie le cuento qué recordé ayer, con quién soñé hoy, no
no nos veremos mañana
me observo distinta
brillante. amable
tan sabia, ida y valiente
ahora que nadie apunta y dispara
que quedan sólo rasguños sin importancia
un par de recuerdos, dos caricias, dos noches en blanco
me deshice de mi cuerpo
antiguo
ese que entorpecía los días futuros
ese que cobijó cuchillos, piedras y engaños
ese que usé como escudo maltrecho. arma cortante
ese que pedía limosna en la puerta de cualquier inicio
ese que -tal vez- te conoció por azar, por error, por ahuyentar el
tedio,
por espantar la grieta doliente después de un desenlace.
me deshice de él:
de mi cuerpo
antiguo
el que habitaba en una casa en llamas
el que se resquebrajó como la tierra seca. nula.
el que -tal vez- reconoció tu pena, tu mentira, tu alma de niño muerto
de espinas y arañas.
me deshice de él
un cuerpo
antiguo.
y ahora,
ahora que nadie, ahora que nada
mis rodillas no soportan ninguna ficción lastimosa ningún cuento trágico
ningún personaje cubierto de sombras tristes
mis dedos, más caprichosos, juguetean ante cualquier precipicio y demanda
mi boca, más entregada, se ríe de ganas y hambre
la mirada regala fruta y flores. los pechos un verano suave hasta mediados de marzo. la
piel un refugio. una cima con vistas, ni una alambrada.
me deshice de él
y, sin él,
también
me deshice del último trozo de ti -personaje y araña- apegado a un cuerpo
antiguo.
Esto, esto es Sublime, chica.
ResponderEliminaresto, esto es mucho. muchas gracias.
ResponderEliminarMARAVILLOSO
ResponderEliminarMe ha llenado mucho, (y me he dado cuenta de ello) la descripción del cuerpo ya deshecho, y me ha dado gracias, el de ahora, por haber mudado de piel.
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