seré clara, transparente, tan
precisa.
omitiré, por supuesto, por si acaso
por si hubiera que salir corriendo
la parte de los miedos
la etapa de los celos
el año en el que para alimentarme
bien
crecer, madurar, pudrirme entera
masticaba mentiras, marañas,
amasijos de excusas tuertas y conjeturas
deformadas.
noble y hospitalaria
de ningún modo sabrás que poseo un
refugio apartado donde, con algo de esfuerzo, los ojos cegados y la razón nula,
consigo no sentir nada, temblar lo imprescindible, saber lo justo para mantener
el equilibrio entre la fórmula y el resultado.
no hablaré de mi mano rota de ceder
de mi mano rota de aplacar de mi mano rota de no ha sido nada de mi mano rota
de aferrarme al humo de mi mano rota de dar un golpe en la mesa, bajar la
mirada y callar.
paciente y grata
negaré que hubo un tiempo en el que
recibía más que daba y, sin embargo,
pedía
reclamaba
exigía más, mucho más
sin mirarme en un espejo de cuerpo
entero y comprobar que de mí sólo quedaba corteza y rama.
comprensiva y calma
ofreceré mi hombro picudo y secaré
las lágrimas con similares gestos, similares pausas, los mismos consejos
estériles que recité de memoria sin comprender ni una
sola palabra. susurraré lo del amor que todo lo
puede, lo de la fe que mueve montañas, el querer es poder, el para siempre y el
nunca jamás. prometeré lo de haré todo lo que pueda, lo de contigo soy mejor
persona, lo del más que ayer pero menos que un mañana miedoso, difuso y que
nunca arranca. repetiré lo bien que estoy aquí, en el pozo, a tu lado, en este
relato inventado, mal escrito, un nudo, diez desenlaces. ni una ventana abierta
para imaginar qué pasaría si alguno de los dos saltara.
única, noble y leal
me engañaré creyendo que no es caída
hasta que suena el golpe y se encharca el alma.
divertida y risueña
esperaré a que preguntes,
previsiblemente, si volveremos a vernos el martes, el viernes en la sesión de
las seis, una cena de proyectos, inicios y mi mente en otra parte
un mensaje almibarado por la noche
“me acuerdo de ti”
una llamada a media semana
“me sigo acordando”
una mano quieta y extraña en mi
regazo que apartaré con la ligereza de un recuerdo que aplasta.
desleal, mentirosa
egoísta
huraña y falsa
repetiré la función hasta que crujan
las primeras esperanzas
y sí, volveré a los errores como
quien junta las manos ante la fuente fresca después de un día sin agua.
cobarde, infeliz, traidora
sonreiré con la primera decepción,
sin red abrazaré el desencuentro, el yo creía que, no sabía que tú, no pensaba
que fueras a.
coja, ausente, desnuda
dejaré que sigas hablando
dejaré el listón bien bajo
dejaré de estirar finales.